Resumen final

Como venimos contando, las incorporaciones en el mercado invernal supusieron un soplo de aire fresco para los blanquinegros. El juego del equipo adquiría un carácter mucho más vistoso, a la par que eficaz, y ganando una solidez defensiva que hasta ahora el técnico no había encontrado a pesar de los numerosos bancos de pruebas realizados, tanto en pretemporada como a lo largo de la primera vuelta de la competición.

El equipo marchaba raudo y veloz en la Liga 1, y se ganaba la clasificación para octavos de final de la UEFA Europa League. Parecía que este podía ser el año para ganar una competición europea, pero nada más lejos de la realidad. El Basilea suizo bajó de la nube a la escuadra turinesa, suponiendo el primer mazazo definitivo en el último tramo de la competición.

Con una sola competición en juego, el equipo quería resarcirse. Quería dejar en los aficionados un poso de alegría, y recompensar las penurias y todos los disgustos que acontecieron jornadas atrás. Parecía que se le iba a resistir al equipo, tras varios pinchazos contra equipos teóricamente inferiores como el Nápoles, pero no fue así.

Se llegaba a la última jornada con el cuarto puesto en juego, el que daba derecho al equipo a jugar UEFA Champions League de manera directa, y se enfrentaban nada menos que al campeón, al Tottenham. Los jugadores, lejos de amilanarse, supieron controlar el partido y sacarlo adelante, permitiendo a la afición turinés disfrutar la próxima temporada de la máxima competición continental. Un lujo para esta gran afición.

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